En nuestras vidas es común someternos a estímulos externos que pueden ocasionar estrés en el cuerpo. Los estilos de vida que la gran mayoría lleva, se ven expuestos a ruidos excesivos, iluminación artificial, excesos en publicidad, miedos, creencias limitantes, exigencias o competitividad, afectando negativamente nuestra salud física y mental.
El estrés, en la mayoría de las situaciones es un estado transitorio que dificulta la adaptación al entorno social, afectando al organismo según la intensidad de los estímulos o factores estresores.
El cuerpo presenta un nivel normal de resistencia cuando existe un estímulo estresor que lo afecta, el cual, prepara al organismo para la fase de alarma o huida, segregando químicos que se transportan por el organismo; si el estímulo perdura se inicia la fase de alerta, donde se desencadenan reacciones de defensa y el cuerpo trata con todos sus medios de bajar los niveles de estrés. sí persisten los estímulos estresores y se sostienen durante días, se produce una fase de agotamiento, esta fase es la que trae complicaciones mayores a las personas, ya que mantienen un estado de alerta que agota al sistema inmunológico, muscular, hormonal y fisiológico, llevando al cuerpo a un estado crónico causando enfermedades que afectan seriamente la salud de las personas.
Algunos de los síntomas fisiológicos más comunes que se pueden identificar en personas con presencia de estrés son: pensamientos limitantes y poco reflexivos, sentimientos de desesperanza o angustia, evitación, malos hábitos, no pueden hallar soluciones alternas a problematicas poco complejas. A nivel físico encontramos patrones de pérdida del sueño, aumento del ritmo cardiaco, sudoración, cefaleas, dolores musculares, hipertensión, problemas estomacales, entre otros.
Es importante saber que el estrés es una reacción fisiológica de nuestro cuerpo que no es mala, dependiendo de la duración, intensidad y mecanismos de adaptación se pueden identificar el daño ocasionado. Para contrarrestar estos niveles a los que diariamente estamos expuestos, se debe mantener una vida saludable tanto física como mentalmente, comer saludable, practicar algún ejercicio o deporte, expresar los sentimientos, evitar ocultar la realidad de la situación, fomentar herramientas como la meditación, respiración y relajación, pensar positivo, y por último, si no puedes contrarrestar la carga de estrés a la que estas sometido busca orientación psicológica para desarrollar estrategias que permitan adaptarte y evolucionar a las situaciones que demandan mayor esfuerzo.
En Psicología Profesional, creemos firmemente en la importancia de la salud mental y en el impacto positivo que puede tener en la calidad de vida de las personas. Por esta razón, nos enfocamos en proporcionar un ambiente seguro, acogedor y confidencial para nuestros pacientes, donde puedan sentirse cómodos y apoyados en su proceso de crecimiento personal. Además, estamos comprometidos en mantenernos actualizados en las últimas tendencias y técnicas en el campo de la psicología, para poder brindar un tratamiento efectivo y personalizado a cada uno de nuestros pacientes.